Buena reflexión de nuestra editorialista Itzel Acero acerca del 28 de junio

Junio y sus colores

Dice el INEGI en su boletín “a propósito de…” que “el respeto a la diversidad, la igualdad, y la no discriminación son los objetivos por reivindicar en el Día Internacional del Orgullo LGBTI+”, lo cual es real pero ¿qué tanto realmente hemos avanzado como sociedad en inclusión, respeto, y reconocimiento?

El denominado PRIDE se conmemora –CONMEMORA NO CELEBRA- desde 1970 tras los disturbios de Stonewall en Nueva York, donde tras mucho tiempo de abuso y violencia policial hacia las personas de la diversidad sexual, brotaron protestas la madrugada del 28 de junio de 1969. Dichos hechos generaron un parteaguas para los derechos y la visibilidad, primero en Estados Unidos y después en Latinoamérica y el resto del mundo como efecto dominó (claro, pasaron décadas de lucha de miles de activistas para lograrlo).

Ahora el panorama es distinto, sí, pero muy muy complejo. En 2021 el INEGI dio a conocer la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG), en la cual por primera vez esta institución nacional estadística aborda la integridad física, salud   emocional, economía, educación y características propias de la vida de una persona de la Comunidad LGBTTTIQP+. Gran avance pero a medias, sus cuestionarios restantes siguen apareciendo solo las opciones de dos géneros (hombre y mujer) sin abrir el margen de al menos persona no binaria –ojo INEGI- Luego está el INE y los organismos electorales junto con los partidos políticos: La posible suplantación de identidad de personas de la comunidad LGBT+ para ocupar cargos de elección popular. Hubo personas que ganaron curules en los Congresos en las pasadas elecciones, registrándose como mujeres trans, hombres homosexuales o mujeres lesbianas, cuando en realidad son personas cis heterosexuales: SÍ ESTO TAMBIÉN ES OTRA FORMA DE VIOLENCIA.

Tal como lo reclamó la consejera del INE Claudia Zavala: “el ocupar un lugar que no les pertenece cuando no son parte de la comunidad de la diversidad sexual, es un fraude y sobre todo una burla a todo el movimiento LGBT+”

El PRIDE no es moda

Las empresas son otro tema. No es que estemos en contra de la mercantilización sino del mal uso de los movimientos con sus fines lucrativos. Es también un gran avance que el sector empresarial, incluso que marcas grandes e importantes o las más pequeñas locales, se unan a la visibilización del PRIDE  en el mes de junio, pero el tema es que no solo es poner su logo en colores o promociones con la bandera del arcoiris. Es que realmente promuevan la diversidad y la inclusión en el interior de sus empresas, que la establezcan como un valor en todas las áreas -sobre todo en las directivas- para que todas las personas tengan igualdad de oportunidades de crecimiento personal y laboral, que sientan plena seguridad de ser libres como son sin tener que modificar sus identidades.

El pasado fin de semana sucedió la marcha del orgullo en Aguascalientes y este fin de semana se llevará a cabo en la máxima CDMX. Estas marchas suscitadas en todo el mundo permiten empoderarnos, permiten visibilizar pero también demostrar que no es una moda, es el ORGULLO DE SER, es el simple hecho de SER HUMANOS LIBRES. Ahora cada vez más jóvenes se aceptan como son, y las generaciones mayores tienen la oportunidad de ver lo que no tuvieron en sus adolescencias y juventudes.

PERO…

Hay que reconocer que existe mucho odio todavía por combatir. Simplemente en México, cuando suceden casos de algún ataque físico, psicológico, político o económico contra una persona de la Comunidad LGTB+, los discursos de odio y burla en redes sociales no tardan en llegar, y el sistema de justicia revictimiza, minimiza y no actúa con la perspectiva de género y DDHH como debería de hacerlo.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos decidió nombrar a los delitos de odio como “violencias por prejuicios”, al considerar que el prejuicio es un concepto más fácil de identificar y atacar: “La violencia por prejuicio es expresiva por definición; manda un mensaje de terror que se extiende a quienes, más allá de la víctima particular, se identifican con las características que generaron el ataque”.

Estos nuevos conceptos nos ayudan a seguir visibilizando todas las dimensiones de los prejuicios y discriminación que atraviesa la Comunidad LGBTTTIQP+, y cualquier ataque por cuestión de género, identidad o expresión de género, no son hechos aislados.

Llegamos pues al 28 de junio, Día del Orgullo LGBTTTIQP+ con muchos sentimientos encontramos, avances, retrocesos, pero sobre todo con mucho orgullo de seguir siendo lo que somos, personas diversas, libres y de muchos colores.

Por Itzel Acero

Integrante de la Comunidad para la Diversidad, los Derechos y la Ciudadanía (CODDEC)