Los primeros reportes indican que el niño regresaba de jugar futbol con sus amigos y tenía mucho calor; por lo que se metió al refrigerador para refrescarse.

Pese a que le dijo a su mamá que se iría a tomar una ducha, el menor de edad decidió ingresar al congelador porque le comentó a su madre que “hacía mucho calor y muchos mosquitos”.

“Era un freezer de comercio que lo traje cuando mi negocio cerró. Habitualmente estaba cerrado y desenchufado. No estaba en funcionamiento. No entiendo bien qué pasó. Imagino que habrá sido una travesura por el fuerte calor que hacía. Pero la verdad no lo entiendo”, contó la madre.

La bisabuela del menor, quien residía en la planta superior del departamento, se enteró de la noticia y sufrió una descompensación por lo que murió de un paro cardíaco.

Ahora la familia de Belén tendrá que despedir a la bisabuela y al pequeño Tiago, con la esperanza de que las autoridades puedan encontrar pronto una respuesta a la muerte del menor.

La policía investigadora se encargará del caso y entrevistará a profundidad a los familiares, sobre todo, a la madre, que estaba presente en la casa.