Sin duda tiene mucho que contarnos aún...

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron una subestructura de más de mil años de antigüedad, ubicada en las inmediaciones de los emblemáticos edificios El Castillo y Templo de los Guerreros, de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán.

Se hizo una serie de excavaciones en los espacios contiguos de esas construcciones para determinar su desarrollo y evolución arquitectónica.

La construcción corresponde al periodo previo de esplendor arquitectónico del sitio, entre los siglos VIII y IX, lo que aportará información sobre el urbanismo maya.

Por el momento, de la nueva subestructura se han encontrado 12 metros de longitud. "Definitivamente su edificación es muy anterior al mismo Castillo o al Templo de los Guerreros, probablemente tiene hasta 100 años de diferencia.

El descubrimiento de esta construcción se dio durante el proyecto de investigación que desarrolló el INAH durante el 2009, cuyas excavaciones, están orientadas a conocer rasgos arquitectónicos, contextos arqueológicos e información de las desnivelaciones del terreno.

La construcción está directamente asentada sobre la roca madre o laja del subsuelo y hasta ahora se ha identificado una esquina de la edificación, una cornisa, una pared en talud y se cree se ha detectado la parte sureste, aún no se sabe dónde concluye o si existen en ella escalinatas".

Las excavaciones avanzan hacia el norte y el poniente para conocer la extensión de la subestructura, además se ha encontrado una gran cantidad de relleno constructivo que utilizaron los antiguos mayas para igualar el terreno, así como cinco distintos niveles de pisos recubiertos con estuco que llegan hasta la misma base de la escalinata sur de El Castillo.

El estado de conservación de la subestructura, destacó el arqueólogo Rafael Cobos, es bueno, debido a que en la época prehispánica fue tapado y sellado totalmente, utilizando los elementos disponibles de canteras aledañas como piedra caliza y cal.

Una vez sellada la construcción previa, se niveló el terreno y se cubrió con un piso de estuco, sobre el que se edificó una nueva construcción. El estilo arquitectónico es similar al que se puede apreciar en la Plataforma de Venus.

Sobre los desniveles existentes encontrados durante las excavaciones, el especialista del INAH comentó que fueron causados intencionalmente, con el objeto de evitar la acumulación de agua en los espacios, lo que implicó un amplio conocimiento en sistemas hidráulicos en el sitio, porque los ligeros declives indican que el agua de lluvia era canalizada hacia el norte y el este.