Durante ocho años, María del Rosario buscó a su hija María Guadalupe Alcalá Macías y apenas esta semana le avisaron que su cadáver estuvo en Semefo en ese mismo lapso.

La menor de 16 años había desaparecido el 24 de marzo de 2016 en el Fraccionamiento Eucaliptos, María del Rosario narró este miércoles que tuvo temor de acudir con las autoridades, pero finalmente acudió y no le tomaron la denuncia con el argumento de que ya había pasado mucho tiempo.

Tampoco en Semefo la ayudaron, se negaron a tomarle muestras de ADN y tampoco podían tomarle muestras a sus otros hijos, menores de edad

“Quise meter una demanda y no me lo recibieron que porque ya había pasado tiempo, entonces me dediqué a buscarla personalmente, en ese mismo año fui al Semefo y me dijeron que no estaba, ahí me enseñaron fotografías, pero no reconocí nada.

“Les dije me podían hacer ADN me dijeron que no, que porque a lo mejor yo no era compatible con ella y por eso me até de manos, si yo no puedo dar ADN ¿cómo voy a reconocer un cuerpo?”, comentó la madre buscadora.

Tras estos episodios, entendió que si quería encontrarla debía hacerlo ella por su cuenta, difundió fotografías y después se unió al grupo de Madres Buscadoras de Jalisco, en donde también la apoyaron con difusión.

Su historia dio un giro hace cerca de un mes, por mensaje le avisaron que a disposición de la Fiscalía y los forenses estaba un cuerpo que coincidía con las características de su hija, esto basado en las fotografías de su ficha que había difundido

Esa vez sí le tomaron una muestra de ADN y el martes le notificaron que la muestra había coincidido con el ADN de la persona fallecida sin identificar.

“Apenas el martes, me dijeron que fuera que porque había una probabilidad que fuera mi hija y sí, sí es mi hija un 99.2% que sí”, comentó.

El cadáver había sido ingresado desde septiembre de 2016, tenía huellas de violencia, pero sí tenían datos sobre su identidad.

Este miércoles María del Rosario acudió a la Comisión Ejecutiva Estatal de Víctimas, en búsqueda de apoyo para los gastos funerarios de su hija.

“(Siento) coraje, impotencia, porque todo el tiempo la anduve buscando en la calle y para que al último por un mensaje dijeron que podría estar ahí mi hija, con nombre y apellido supuestamente llegó ahí (al Semefo)”, afirmó